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Algunos de los animales más organizados del reino animal, las abejas, nos pueden enseñar detalles sobre los diferentes tipos de culturas organizacionales que existen y cómo estos ayudan a lograr un equilibrio entre satisfacción al interior de la compañía y su crecimiento.
La cultura organizacional no es más que la suma de los valores, las actitudes y las prácticas compartidas entre todos los miembros de una empresa u organización.
Es básicamente la personalidad de tu compañía y, de la misma forma que una persona puede identificar sus fortalezas y debilidades mediante el conocimiento de su propia personalidad, aprender a identificarla y modificarla en tu empresa puede garantizar su éxito.
Crear una cultura organizacional adecuada en tu empresa es además un imán para atraer a los colaboradores adecuados; aquellos que se alinearán a la perfección con tus valores, y por ende, quienes se encargarán de permear o esparcirla a lo largo y ancho de la empresa sin mayores complicaciones.
Habiendo dicho esto, en el mundo animal hay organismos que se comportan de manera similar a una empresa que ha logrado identificar su cultura organizacional; las hormigas y los lobos son algunos ejemplos, pero hoy veremos qué nos pueden enseñar las abejas sobre la cultura organizacional de una empresa.
Los 4 tipos de cultura organizacional
Primero que todo debemos entender que no existe un tipo único de cultura organizacional, que no son excluyentes entre ellos y que además pueden evolucionar con el tiempo dentro de una misma compañía.
Una búsqueda rápida en Google puede mostrarnos desde 4 hasta 12 tipos de culturas organizacionales diferentes de acuerdo al modelo que usemos. Sin embargo, cuatro de ellas son las más aceptadas e influyentes en la actualidad.
Estas son la cultura de clan, la adhocracia, la cultura de mercado y la cultura jerárquica.
Estas hacen parte del Marco de Valores en Competencia (o Competing Values Framework, como se le conoce en inglés) y fueron identificadas por los investigadores de la Universidad de Michigan Kim Cameron y Robert Quinn.
Entendiendo esto, aunque las colonias de abejas parecen regirse bajo un estricto orden jerárquico, no son tan rígidas como aparentan y tienen diferentes estructuras que se asemejan a las culturas organizacionales de las empresas.
Veamos cómo las abejas nos pueden ayudar a comprender mejor cada una de estas culturas organizacionales.
La cultura organizacional de clan (o el enfoque en las personas)
La cultura de clan es uno de los tipos de cultura organizacional donde sus individuos están unidos por valores o prácticas en común, bien sea por la necesidad de supervivencia o porque estén unidos por vínculos afectivos.
Esto crea un sentido de comunidad y de pertenencia al grupo más pronunciados que en otros tipos de cultura.
Esta cultura se encuentra representada en colonias que han enjambrado recientemente (o migrado a un nuevo sitio con su reina). En estas colonias, en vista de la incertidumbre que genera un nuevo lugar con nuevas condiciones, el interés de la colmena está por encima del de cada abeja.
En una empresa, este enfoque hace que cada miembro del equipo o individuo sienta que está en el mismo nivel que el resto y que sus ideas y retroalimentación están siendo útiles al bienestar general.
La cultura organizacional de clan es común en empresas pequeñas o negocios familiares donde todos se conocen entre ellos y ponen el bien común por encima del individual. De igual manera, los colaboradores suelen estar altamente motivados, lo que se proyecta en un buen servicio al cliente.
No obstante, a medida que la empresa crece, se va haciendo más difícil mantener esta cultura mutando a una más organizada y estricta: la cultura jerárquica.
La cultura jerárquica (o el enfoque en los procesos)
La cultura jerárquica es probablemente la que más relacionamos con las abejas. En toda colonia existe una clara delimitación de tareas y la cadena de mando es conocida y aceptada por todos los miembros.
De la misma manera que en una colonia se diferencia claramente cuál es la reina, cuales son las abejas obreras y cuales son los zánganos, en una empresa con una cultura jerárquica sabemos diferenciar los roles y funciones de cada persona.
En este tipo de cultura organizacional, tal como en una colonia, hacer lo correcto es fundamental para su buen funcionamiento, así como equivocarse puede traer consecuencias catastróficas.
La cultura jerárquica permite manejar el riesgo de forma acertada, genera estabilidad en la compañía y es operacionalmente eficiente. Sin embargo, este tipo de cultura también dificulta la capacidad de reacción, se suele coartar la innovación y es poco ágil ante cambios repentinos en el mercado.
Y en ese aspecto es donde destaca el siguiente tipo de cultura organizacional de una empresa: la adhocracia.
La adhocracia (o el enfoque en la creatividad)
De las abejas no solo podemos aprender de sus aspectos que funcionan correctamente sino de aquellos que fallan.
Las abejas, tal como en una organización con una cultura jerárquica, tienen una capacidad de reacción limitada cuando se encuentran ante un problema mayor o una situación que altere su “normalidad”.
Esto lo estamos viendo a gran escala desde la segunda mitad de la década de 2010 en la que empezó a darse una reducción abrupta y generalizada en la población de abejas en todo el mundo por diferentes causas.
Pero sea cual sea la causa, esto lo podemos extrapolar a las empresas que por miedo a la innovación y a tomar riesgos sucumben ante aquellas que sí logran vencerlos.
La cultura adhocrática es un tipo de cultura organizacional que permite la innovación ante la adversidad y tomar riesgos que en otros tipos de cultura serían imposibles, dando paso a niveles de creatividad nunca vistos y a una mayor capacidad de adaptación.
Las compañías que adoptan culturas adhocráticas suelen ser startups disruptivas que crean nuevos estándares y facilitan el desarrollo de nuevas tecnologías y procesos.
En las adhocracias la iniciativa individual es muy valorada, motivando a cada colaborador a compartir sus ideas y a pensar creativamente. No obstante, las adhocracias también fomentan una excesiva competencia entre colaboradores que puede perjudicar el entorno laboral.
La cultura de mercado (o el enfoque en los resultados)
Aunque en las abejas no existe como tal una “cultura de mercado”, se ha demostrado que unas mejores condiciones y un ambiente donde la colonia esté más cómoda terminan siendo aspectos beneficiosos para su productividad.
Y la productividad finalmente se traduce en más miel, es decir, mejores resultados.
La cultura de mercado está enfocada en los resultados y suelen mirar más hacia afuera que hacia adentro, procurando la satisfacción del cliente más que la del personal. Este tipo de cultura busca el cumplimiento de objetivos, alcanzar metas y obtener resultados.
De esta forma, las empresas que la adoptan suelen tener un excelente flujo de caja y crecimiento acelerado en corto tiempo pero su exceso puede hacer que los colaboradores menos productivos se sientan rezagados, lo cual reducirá la satisfacción y el compromiso con la empresa.
En conclusión…
Como vemos, el mundo natural está intrínsecamente relacionado con el mundo organizacional y podemos tomar tanto lo bueno como lo malo de este para sortear cambios repentinos y variaciones extremas del mercado.
Identificar el tipo de cultura organizacional que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa es el primer paso para lograr un equilibrio entre la motivación de tus colaboradores y el crecimiento organizacional. Nosotros te podemos ayudar en este proceso. Ponte en contacto con nosotros y recibe una primera sesión sin costo.
Fuentes utilizadas en este artículo
https://www.aihr.com/blog/types-of-organizational-culture/
https://builtin.com/company-culture/types-of-organizational-culture
https://www.zendesk.com.mx/blog/tipos-de-cultura-organizacional/
https://gestion.pe/tendencias/management-empleo/cinco-claves-cultura-organizacional-crecer-empresa-151871-noticia/
https://blog.hubspot.es/marketing/cultura-organizacional